El mercado asegurador ha experimentado una transformación significativa desde 2019, transitando de un mercado blando a uno duro. Este cambio ha sido impulsado por diversos eventos económicos y climáticos que han afectado la rentabilidad de las aseguradoras. La competencia feroz que existía anteriormente ha disminuido, y las compañías ahora son más selectivas en cuanto a los riesgos que cubren.
Este nuevo panorama ha llevado a un incremento de las tasas y primas, especialmente en ramos como daños materiales, responsabilidad civil y ciberriesgos. Los sectores más afectados incluyen alimentación, químicos y gestión de residuos, donde muchas empresas han optado por el autoseguro debido a la reducción de la capacidad de aseguramiento. Explora nuestras categorías de seguros multirriesgo para aprender más sobre las coberturas disponibles.
El cambio climático ha acelerado la frecuencia e intensidad de los eventos naturales catastróficos, impactando fuertemente en las pérdidas aseguradas. Fenómenos como huracanes más intensos y frecuentes son una consecuencia del calentamiento global y han generado pérdidas significativas para el sector.
Asimismo, la pandemia de COVID-19 ha supuesto un impacto económico negativo adicional para las aseguradoras, con pérdidas estimadas en miles de millones de dólares. Estos factores, combinados con un entorno económico incierto, han contribuido a la transición hacia un mercado asegurador más exigente.
El entorno económico global, caracterizado por fluctuaciones en los tipos de interés y la inflación, ha influido en el sector asegurador. La caída de los tipos de interés tras la crisis de 2008 redujo la capacidad de las aseguradoras de obtener rendimientos financieros elevados, aunque se ha observado una reciente alza en un intento de controlar la inflación.
El mercado también ha lidiado con un aumento en la siniestralidad no catastrófica, medida a través de indicadores como el ratio combinado. Este incremento sugiere que las pérdidas aseguradas relacionadas con eventos menos extraordinarios han sido elevadas, complicando la sostenibilidad financiera del sector.
Ante el endurecimiento del mercado, las empresas deben adoptar estrategias de gestión de riesgos más proactivas. La ingeniería de riesgos desempeña un papel crucial al ayudar a las organizaciones a comprender mejor sus exposiciones y fortalecer sus medidas de prevención.
Una gestión adecuada del riesgo puede mejorar la capacidad de una empresa para negociar mejores términos y condiciones de póliza. Por ejemplo, adoptar medidas contra incendios y asegurar la calidad de las instalaciones puede ser determinante en la obtención de coberturas favorables.
Las instalaciones fotovoltaicas son un ejemplo de cómo los factores de riesgo pueden influir en las coberturas de seguros. Dado que se consideran un riesgo incremental, se recomienda diseñarlas en colaboración con expertos en seguros para minimizar riesgos relacionados con incendios.
Las medidas de prevención pueden incluir la elección de ubicaciones estratégicas para las placas solares y la implementación de estrictas normas de seguridad durante su instalación y operación para reducir los riesgos asociados.
En un entorno asegurador cada vez más complejo, es importante que las empresas comprendan sus riesgos y trabajen de manera proactiva para gestionarlos. El cambio climático y las fluctuaciones económicas han llevado a un aumento en las primas y restricciones en las coberturas, haciendo vital adoptar estrategias que mejoren la percepción del riesgo por parte de las aseguradoras.
La implementación de medidas de prevención y protección personalizadas puede facilitar la obtención de coberturas adecuadas y reducir costos a largo plazo, permitiendo a las empresas navegar este entorno desafiante. Aprende sobre innovaciones en seguros para mejorar tus coberturas.
Para expertos en el sector, es evidente que la estrategia de gestión de riesgos debe ser exhaustiva y considerar la totalidad de la cadena de suministro. Esto incluye colaborar estrechamente con expertos para optimizar el diseño y operación de infraestructuras, como las instalaciones fotovoltaicas, que son factores de riesgo adicionales.
La planificación avanzada y la inversión en seguridad son fundamentales para asegurar la sostenibilidad y competitividad de las empresas en el actual mercado asegurador. Las organizaciones deben priorizar la formación y actualización constante de sus equipos en prácticas innovadoras de gestión de riesgos e ingeniería. Consulta nuestros seguros para PYMEs para proyectos específicos.
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